Cómo Familia Torres Construye un Modelo de Vino Regenerativo

Mireia Torres nos cuenta cómo la agricultura regenerativa está transformando la producción de vino y la estrategia climática.

Frente al riesgo climático y la pérdida de biodiversidad, cada vez más líderes del sector agroalimentario están adoptando prácticas regenerativas y estrategias basadas en la ciencia para preparar sus operaciones ante el futuro. Un ejemplo destacado no proviene del sector ganadero ni del cereal, sino de los viñedos de Cataluña.

Familia Torres, una bodega española de quinta generación, ha convertido el compromiso ambiental en un pilar central de su modelo de negocio. Su trayectoria ofrece lecciones valiosas para los sectores de lácteos, vacuno, porcino y otros actores agroalimentarios que enfrentan desafíos similares en materia de sostenibilidad. Nuestro CEO, Alejandro Vergara, entrevistó a Mireia Torres, Directora de Innovación y Conocimiento de Familia Torres.

Mirando hacia atrás, ¿cuáles fueron los puntos clave que hicieron que la acción ambiental se convirtiera en un eje central de su estrategia empresarial?

Desde nuestros inicios como bodega familiar, hemos tenido claro que cuidar la tierra es esencial para elaborar buenos vinos y transmitir nuestro legado a las generaciones futuras. Debo reconocer que el cambio climático ha sido un catalizador importante.

En las últimas décadas habíamos observado cómo la subida de temperaturas afectaba directamente al viñedo y se avanzaban las vendimias, lo que nos llevó a intensificar nuestro compromiso ambiental y crear un plan de acción climática en 2008, al que llamamos Torres & Earth, que es estratégico para nuestro negocio porque vivimos de la tierra. Este plan se articula en tres pilares.

  1. Adaptación: adaptamos las técnicas vitícolas para retrasar la maduración de la uva, buscamos portainjertos, clones o variedades más resistentes (entre ellas, variedades ancestrales que hemos conseguido recuperar), implementamos la viticultura regenerativa y plantamos en altura, por ejemplo, en el Prepirineo, en Tremp.

  2. Mitigación: reducimos nuestra huella de carbono mediante la autogeneración de energías renovables, medidas de eficiencia energética, movilidad sostenible, reducción del peso de las botellas, tecnologías CCR (Carbon Capture and Reuse), economía circular.

  3. Colaboración: intentamos influir en otras bodegas, participamos en conferencias, organizamos jornadas ambientales con la Universidad de Barcelona, entregamos los Premios Torres & Earth y hemos cofundado las International Wineries for Climate Action (que ya cuenta con más de 170 bodegas) y la Asociación de Viticultura Regenerativa.

También comentar que la investigación e innovación juegan un papel clave en nuestra estrategia de sostenibilidad para hacer que nuestros viñedos sean más resilientes frente a las nuevas condiciones climáticas. Participamos en muchos proyectos e impulsamos la innovación de manera transversal.

Familia Torres tiene como objetivo alcanzar la neutralidad de carbono para 2040, adelantándose a muchos objetivos globales. ¿Cómo equilibran esta ambición con las realidades de la producción agrícola y la calidad del vino?

Nuestro lema ha sido durante muchos años ‘Cuanto más cuidamos la tierra, mejores vinos conseguimos’ porque estamos convencidos de que la sostenibilidad y la calidad del vino deben ir de la mano. Para conseguir este equilibrio, desde el departamento de sostenibilidad hemos desarrollado un enfoque transversal que implica muchas áreas del negocio y que requiere de un esfuerzo colectivo.

Hemos puesto en marcha sistemas pioneros que combinan innovación con producción e ingeniería, como nuestro proyecto de captura y reutilización del CO₂ generado durante la fermentación para inertizar los depósitos de nuestra bodega que contienen vino, evitando así su oxidación.

Y también hemos adaptado nuestros procesos, incorporando prácticas como la viticultura regenerativa, el riego de nuestra finca Mas La Plana con agua de proceso que regeneramos en la propia bodega o la reducción de fitosanitarios mediante aplicación variable, entre otros muchos proyectos.

También se han comprometido a reducir las emisiones por botella en un 60% para 2030. ¿Cuáles son los mayores desafíos al medir y verificar esa huella a lo largo de toda la cadena de suministro?

Los primeros años fueron más costosos, pero ten en cuenta que calculamos y verificamos nuestra huella cada año desde hace más de 15 años.Según el último balance auditado, hemos conseguido reducir nuestras emisiones por botella, entre 2008 y 2024, en un 40% desde la viña hasta el consumidor.

Esta reducción roza el 60% si se consideran exclusivamente nuestras emisiones directas (alcances 1 y 2). Este logro supone un incremento significativo respecto al 30% alcanzado en 2019, pero debemos seguir trabajando con la vista puesta en los ambicios0s objetivos que nos hemos marcado para el futuro.

Desde tu perspectiva en los viñedos, ¿cómo se está manifestando la pérdida de biodiversidad y qué estrategias de mitigación crees que deberían priorizarse para proteger los ecosistemas y construir resiliencia a largo plazo?

La conservación de la biodiversidad en nuestros viñedos es un tema que abordamos desde nuestro proyecto de viticultura regenerativa. En 2020, mi hermano Miquel se dio cuenta de que era necesario ir un paso más allá del cultivo ecológico y decidimos adoptar este modelo agrícola, con la implicación de los equipos de las áreas de producción, sostenibilidad e innovación.

En un contexto de cambio climático, debemos priorizar una viticultura que devuelva la fertilidad a los suelos, fomente la biodiversidad y mitigue el cambio climático al potenciar la función de los suelos como sumideros de carbono. Aunque es un proceso lento y los resultados se verán a largo plazo, ya hemos podido observar tendencias muy positivas, con una reducción de erosión, mayor retención de agua, una fijación de carbono y un aumento de la biodiversidad.

Por otro lado, gestionamos más de 1.800 hectáreas de bosque en Catalunya (casi el doble de la superficie de viñedo) para proteger los paisajes y la biodiversidad. Además, el proyecto de recuperación de variedades ancestrales que iniciamos en los años 80 también es una fuente de biodiversidad, ya que contribuye a enriquecer el patrimonio vitícola.

Finalmente, al observar toda la cadena de suministro del vino, desde el viñedo hasta el consumidor, ¿qué papel crees que debe desempeñar para abordar la crisis climática y de biodiversidad que enfrentamos?

Estamos convencidos de que la solución será necesariamente colaborativa. Y por eso hemos puesto en marcha iniciativas sectoriales, como International Wineries for Climate Action y la Asociación de Viticultura Regenerativa, que reúnen bodegas comprometidas con la acción climática y la conservación de la biodiversidad en todo el mundo, que nos permiten acelerar las transformaciones.

Con relación a la cadena de suministro, cada actor tiene un papel crucial y por ello trabajamos estrechamente junto a nuestros proveedores para diseñar estrategias que permitan descarbonizar el sector: ayudando a que nuestros proveedores de uva calculen su huella de CO2 y dándole estrategias para que la reduzcan, reduciendo el peso de nuestras botellas de vidrio, eliminando algunos elementos superfluos del packaging, optimizando las rutas logísticas e instando a nuestros distribuidores en Europa a utilizar el transporte intermodal ferroviario siempre que sea posible, entre otras acciones.

Cómo Familia Torres y otros miden la biodiversidad

Descubre cómo ODOS evaluó la biodiversidad, la agricultura regenerativa y los riesgos climáticos en las tierras de Familia Torres (la bodega líder de España) utilizando IA y teledetección satelital.

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